Todos los monstruos tenemos miedo ha ser rechazados por lo que somos, me he topado con el dilema más grande de la vida y la verdad no sé si salí bien librado.
Mei no sabe que no ha visto nada, o tal vez ya lo vio todo. No la comprendo, se comportó demasiado bien, incluso mejor de lo que realmente es...
Por meses soñé con tenerla junto a mi, para decirle quién era, para que me aceptara tal y como soy porque yo la quería a ella con todos sus defectos, con toda su frialdad, había cierta inocencia en mi que me permitía seguir esperando que Mei fuera otra Mei, como que tras la mujer fría había algo más y yo estaba dispuesto a descubrirlo...
A la distancia la veía sonreír de forma discreta con los informes que le entregaba de la empresa, prosperamos demasiado bien durante su ausencia, había alegría de sobra en los pasillos, ganas de trabajar, entrega y compromiso. Y ella se vio avergonzada después de darse cuenta que no encajaba, se encerró y la vi sonreír de verdad, satisfecha de lo que había logrado, aunque su orgullo no le permitió darme las gracias, yo continue haciendo cosas para que ella se fijará en nosotros.... no sé qué pasó, pero un día sucedió.
Ese día llegue a la oficina un poco alterado, sabía que las cosas iban de mal en peor en mi mundo, estaban a punto de quitarme la licencia de seguir quedándome en el hogar de LU, nuestro mundo se estaba extinguiendo por mil cosas y nuestra conexión ya no era tan fuerte como antes por diversas situaciones, tuve miedo y salí corriendo para encontrarme con sus ojos, esos ojos que expresan que por dentro hay más tristeza que éxito, pero que me encantan y encantarán siempre, eso que esconden un profundo y oscuro secreto. Yo simplemente la tomé de la mano y me la lleve a la dimensión desconocida.
La dimensión desconocida es un mundo paralelo entre la tierra y mi mundo, es como el mundo que teníamos con LU, como el jardín de los sueños, pero al final de cuentas: DIFERENTE. En ese lugar se hace algo grandioso, vas a parar a él cuando te encuentras en problemas y deseas desaparecer, logras pasar desapercibido por todos, sin que esto altere tu ausencia en el mundo actual. Ahí el tiempo se detiene y no lo sientes, es como si vivieras nano segundos del tiempo, pero todos congelados.... ¡TODOS!
La llevé hasta ahí, incrédula me quedó viendo con los ojos como plato conforme avanzaba la plática, yo solamente sudaba del nervio, no... que va... no sé ni qué pasaba conmigo, estaba muy enojado por lo que me encontraba viendo... sentí que estaba nerviosa, sentí que ya no podía aguantar más tiempo sin mostrarme ante ella tal y como era y así fue: Me quite la ropa de humano, me aparte todo eso y le conté mi historia, me desnudé todos los secretos y ella se quedo callada, todo el tiempo callada.
Se dio la vuelta y se quedó callada mucho tiempo, tan callada que creí que había muerto, pero estaba en silencio y de repente comenzó a llorar, me dijo que no comprendía lo que para ella significada ser un monstruo y que le estaba tomando el pelo... sinceramente no supe que pensar y como estaba hablando muchas incoherencias, la besé... fue algo extraño, yo ya ni sé en qué condiciones estoy, ya no sé si soy un humano o un monstruo, pero mi sentir fue de humano... completamente, su respiración se cortó al momento de encontrarse en mis labios y las ganas de recuperar el aliento hicieron que nuestros cuerpos se separaran, no importa si ese fue el último primer beso, para mi será suficiente, durará todo lo que dure mi vida y me hará sonreír siempre, enseñándome a recordar que el amor si existía, aunque fuera un minuto, aunque fuera un roce de labios pequeño.
Y ahora decido que el tiempo debe seguir igual de congelado y debo hacer que Mei reaccione, porque no termina de comprender todo, quizá todo sea más fácil para Lu si no estoy con ella, pero no puedo dejar a Mei tan sola, me necesita y yo a ella... lo siento, LU C: ¡Tu puedes!
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