No puedo controlar mis impulsos, muchas veces todo se sale de control y arruino los avances y las relaciones que llevo tejidas en mi vida, por eso opino que el mejor consejo que te da alguien es "pensar antes de actuar", pero como humanos somos impulsivos.
Ayer llovió, fina y ligeramente, yo estaba sentada en una banca... disfrutando como las minúsculas partículas de agua me rozaban el rostro, e incluso se atrevían a mojar mi ropa, pero continúo fina y ligera... sin darme cuenta alguien toco mi hombro y yo tontamente golpeé la mano, para mi sorpresa era la persona que estaba esperando pero me había inmiscuido tanto en mi mundo que mi exterior resultaba peligroso, hablamos un poco de todo y el insistía en huir de ahí para escabullirnos de la ligera lluvia pero yo insistí en quedarme ahí contemplando todo sin contemplar, fue un momento lindo, el me tomo de la mano y asidos así disfruté con más complacencia el maravilloso mundo exterior sin salir de mi mundo, a fin de cuenta hace unos días que el monstruo había salido y quería reflejar por escrito toda su historia, toda su forma de ver la vida, observé con poca atención una madre tratando de tapar con una sombrilla a su hijo de aproximadamente 5 años y el niño jugueteaba con las gotas de lluvia... inocente, explorando la majestuosidad de la lluvia y sus secretos, la madre le dió un jalón y golpeó al pequeño, el no estaba haciendo nada malo... solo quería conocer y experimentar como todo niño, decidí reflexionar un poco en todo y pues la madre quería proteger a su niño de alguna enfermedad que le viniera a consecuencia de mojarse, fue ahí donde me di cuenta que mi acompañante tenía razón y debíamos cubrirnos de la lluvia pero ésta había logrado empapar mi playera, me levanté rápidamente y tome de la mano a mi acompañante y lo invite a partir hacia una nueva aventura... El impulso de actuar sin pensar siempre hace de las suyas, pero al final siempre se conoce... siempre se aprende (:
El monstruo tenía sed de conocer
Ayer llovió, fina y ligeramente, yo estaba sentada en una banca... disfrutando como las minúsculas partículas de agua me rozaban el rostro, e incluso se atrevían a mojar mi ropa, pero continúo fina y ligera... sin darme cuenta alguien toco mi hombro y yo tontamente golpeé la mano, para mi sorpresa era la persona que estaba esperando pero me había inmiscuido tanto en mi mundo que mi exterior resultaba peligroso, hablamos un poco de todo y el insistía en huir de ahí para escabullirnos de la ligera lluvia pero yo insistí en quedarme ahí contemplando todo sin contemplar, fue un momento lindo, el me tomo de la mano y asidos así disfruté con más complacencia el maravilloso mundo exterior sin salir de mi mundo, a fin de cuenta hace unos días que el monstruo había salido y quería reflejar por escrito toda su historia, toda su forma de ver la vida, observé con poca atención una madre tratando de tapar con una sombrilla a su hijo de aproximadamente 5 años y el niño jugueteaba con las gotas de lluvia... inocente, explorando la majestuosidad de la lluvia y sus secretos, la madre le dió un jalón y golpeó al pequeño, el no estaba haciendo nada malo... solo quería conocer y experimentar como todo niño, decidí reflexionar un poco en todo y pues la madre quería proteger a su niño de alguna enfermedad que le viniera a consecuencia de mojarse, fue ahí donde me di cuenta que mi acompañante tenía razón y debíamos cubrirnos de la lluvia pero ésta había logrado empapar mi playera, me levanté rápidamente y tome de la mano a mi acompañante y lo invite a partir hacia una nueva aventura... El impulso de actuar sin pensar siempre hace de las suyas, pero al final siempre se conoce... siempre se aprende (:
El monstruo tenía sed de conocer
