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4/11/2011

Historia de amor del monstruo III

Cargando un poco de MI mundo...

III El monstruo a través de los ojos de Lu

Estos días el monstruo se ha comportado de una manera extraña, pero tengo que reprenderme a mí misma, prometí decirle Dangy, tardamos horas en elegir ese nombre pero nos pareció el más apropiado.

La curiosidad por el “mundo de los humanos” (así le llama dangy a nuestro mundo) ha despertado de una manera feroz, así como el apetito del lobo en caperucita roja e incluso mayor que eso. Ha estado preguntón, ahora le interesan cosas como el trabajo, besos en la mejillas, mariposas en el estómago, el uso del celular, las redes sociales y sobre todo las rutas para poder moverse en la ciudad, yo le dije que le prestaré dinero hasta que consiga un trabajo y luego cobre y me invite a comer pizza, cuando mencione ´pizza´ debieron ver su cara, es muy raro que Dangy sea expresivo, a pesar de ser muy reflexivo le cuesta mucho trabajo expresar sus emociones, porque no es como nosotros que venimos con eso integrado, que si estamos tristes lloramos o si estamos alegres reímos, él no está acostumbrado a eso; es un monstruo y se supone que según todo lo que sabemos de monstruos ellos son malos y tenebrosos, pero Dangy es diferente, se atrevió a ser distinto a los demás y es muy sabio, me divierto a su lado, y en nuestro mundo hacemos y deshacemos, sin temor a nada, pero ahora se está enfrentando al mundo exterior.

Tengo mis sospechas, se ha comportado muy extraño desde la segunda vez que decidió salir al mundo humano, bueno… al mundo de donde provengo, se interesó mucho y esto debe tener un por qué, pero él no me lo quiere decir, pero podría jurar que su mirada ya no es la misma que se mantenía cabizbaja e inexpresiva… ya no.

Su mirada ahora refleja ternura… sí, eso sería lo más cercano a lo que yo podría describir, pero ‘ternura’ con ‘monstruo’ no se llevan. Y bueno de por sí mi mente es un cambo de batallas, ahora con la tarea de escribir los cambios del monstruo tengo suficiente.

Y no Dangy no es el mismo y luego le digo que tiene algo diferente y me sale con “Todos cambiamos Lu, a veces ni nosotros mismos nos damos cuenta, tal vez por eso notes un cambio en mí, del cual no me he percatado… pero, cambiando de tema, necesito que me ayudes a utilizar este celular”. ¿Y quiere que yo piense que no tiene nada? Me cambió el tema, nosotros como humanos sabemos que eso es una clara evasiva hacia cierto tema que nos incomoda o nos pone nervioso, pero él me cree ingenua o de plano todavía no sabe mucho de nosotros.

Tengo que investigar qué pasa con el monstruo que yo conocí, hay algo nuevo en él. Y aquí entra la señora duda en escena.

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