Mis visitas (:

7/22/2012

Un breve amor

Cargando un poco de MI mundo...

Esa tarde no la pasarían juntos a como lo hacían siempre que podían. O tal vez eso ella, no lo sabía.

Ella estaba enamorada de los libros y los parques por ser cómplices de los mejores secretos que escondían los libros, esa tarde también iría leer al parque donde acostumbraba a llegar, para tomar un café de cierta tienda reconocida y leer bajo el fino cielo. Salió de casa con un libro que ni siquiera había visto antes en su biblioteca, por lo que hoy emprendería una aventura nueva con alguien desconocido, pero eso la emocionaba.

Procuro no extrañarle esa tarde, porque era domingo y estaría sin él. Tenía mucho tiempo sin verle y tenía ganas de contarle tantas cosas, echaba de menos sus sonrisas y sus abrazos, sabía que tenía que verle pronto, pero hoy no podía.

Mandó un mensaje de texto a una de sus amigas y ella llegaría más tarde, después de avisarle a todos que se verían para celebrar ciertos logros de ciertas personas, estaban contentos de reunirse otra vez, tenía que hacer esos planes para poder compartir algunas cosas con ellos. Así que después de adentrarse en una aventura desconocida, poco a poco sus amigos llegaron al punto de reunión y ella dejo a un lado su libro, para contarse historias reales. Animosamente se saludaron todos y sonrieron un poco, pero al voltear a cierto punto en el parque, lo vio.

No lo esperaba, no creía que estuviese ahí, y cuando llegó su rostro se iluminó por completo; sus amigos no lo conocían, jamás lo habían visto y ella estaba feliz de verle nuevamente en un lugar donde no lo imaginaba, y no tardó mucho en ir hacia él y abrazarle, porque estaba enamorada y feliz de tenerlo tan cerca.

- Te ves muy feliz
- No solo me veo, estoy
- Es bueno saberlo

Él estaba nervioso, sabía que ese momento tendría que llegar tarde o temprano, estaba decidido a hacerlo. Había dejado de hablarle porque tenía temor, temor al amor y al tiempo, a la distancia y a ella, que siempre lo destruía por dentro con sus sonrisas. Jamás había sentido algo así por alguien en tan poco tiempo, por eso no quería tener comunicación con ella, por eso se abstenía a verle, por eso había rechazado tantas salidas en todo ese tiempo, porque la amaba.

Ella estaba ahí fundida en ese abrazo y el sin más decidió besarla, y tras ese beso la observó y la vio roja, le encantaba verla así, nerviosa y anhelando otro sello de amor como ese, por poco y olvidan que todos los amigos de ella contemplaban la escena, por poco y olvidan que el mundo existía, pero solo por poco, porque ella aún tenía los pies en la tierra.

No quería presentarlo ante sus amigos, porque era su mayor secreto, su orgullo, su sueño, su alegría, su razón de escribir, reír y cantar. Pero la había besado frente a ellos, lo había hecho y ella tenía que seguir con la etiqueta de vida, él le susurró algo al oído y ella sonrió, pero antes de eso tenía que pedirle a sus amigos algo.

- Espérenme, ahora vuelvo

Era lógico que todos ellos estuvieran con la boca abierta, preguntándose quién era él y de dónde había salido; se les veía muy bien juntos, pero tenían el don de saber esperar y dejarlos ir era algo inevitable, algo les decía que ellos volverían.

La llevó hacía una esquina de aquél parque y le compró una rosa, y ella odiaba las rosas.
- Sabes que las odio
- Es que esto no es una rosa
- ¿Enserio?
- No, es una violeta disfrazada de rosa. Es la única manera en que podía llegar a tus manos sana y salva.
- Ya entiendo, es una violeta hermosa.
- Te había extrañado toda una vida
- Y yo a ti
- ¿Quieres compartir todo tu mundo, conmigo?
- ¿Qué?

Había cosas que tal vez ella no entendería con palabras y tenía que contárselas con besos y la besó y en ese beso le dijo que quería que fuera la única mujer en su presente, ya era tiempo en que se decidiera a que todo aquello tomara un título, era la primera vez que la besaba, pero sabía que no quería que fuese la última, era la primera vez que llegaba y se presentaba ante todos sus amigos y quería conocerles, porque quería que ella fuese su novia, porque el creía en las historias de amor, porque él confiaba en que ella seguía enamorada de esas historias, y porque sabía que estaba cansada de ser la observadora, ahora ella quería ser la protagonista, y él quería cumplirle ese deseo con su propia historia.

Ella, pensaba que estaba aún en la aventura de ese nuevo libro que leía, pero parecía todo tan real que no sabía qué pensar, pero tras meditar un poco en lo que le contó ese beso, decidió iniciar esa aventura real, dejar las páginas de sus libros para empezar a escribir una historia de amor, que quizá durase toda una vida.

-Sí, quiero compartir mi mundo contigo.


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